domingo, 6 de septiembre de 2009

Andrés, Felipe, Ricardo y Eduardo.

Tiene 22, lee, no le gusta correr, la verdad prefiere pensar en su cuarto, salir es peligroso, su frío lo mata, pero es parte de su forma de ser. No quiere tener más que un día, quiere sentir, la verdad, el quiere vivir. Cree que su soledad es lo mejor, no piensa en estar, porque no lo ayudas, déjalo, que él esta solo y no quiere a nadie más.

Tiene 30, piensa, le encanta comer, no pensaba en amor, pero un día le tocó y desde entonces no se ha detenido, ¿será? Calor, debajo del aire, entre sus pies y su cama, sueño, entre las palabras y los sueños, cariño, no existe, deseo, en cada persona. Calor, debajo de su mano, entre el aire y sus placeres.

No dice cuantos tiene, desea, se levanta temprano, el aire fresco desea, pasión, de verdad que la no contiene, peor cuando el límite se siente, se desvanece el placer. Oye, nunca escucha, planea, nunca, le encantan las sorpresas, las busca, las atrapa y después no respeta, cada una de sus cosas son mágicas y su vida mejor.

Tiene 20, ya sabe leer, pero entre líneas, ya sabe amar, pero entre condiciones, ya sabe entregar, pero con traiciones, ya sabe demostrar, pero ya le he dicho que se lo guarde. Música, cuando puede la siente, hambre, siempre tiene, ¿de que carece? De lo que tú y yo pensamos.

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