Laughing with…

Con la capacidad de las personas de prometer las cosas que no cumplen.
Con el deseo de volver a vivir, de volver a tener, pero con la ausencia de una pieza clave.
Con las palabras de cariño de tu parte, la forma en que convertías mis días en alegría y me complacías.
Con los recuerdos de cosas que no volverán y que recuerdo en mi cuarto, en soledad, no en tristeza, sino en satisfacción.
Con las palabras de cariño que me dicen mientras…
Con los papelitos que alegran mis tardes, que escribo y vuelvo a enviar.
Con “lo peor” que me hace ser como quiero ser.
Con las lágrimas que derramé, que llenan mi espacio, me reconstruyen y me levantan.
Con el volver a ver las cosas nuevas, recrear y pensar como es de capaz una persona de pensar así, como es capaz una persona de vivir al límite y volver.
Con el calor de mi bufanda café.
Con el sabor delicioso de mi postre diferente cada semana, con las caricias que le hacen a mi paladar, la compañía a mis momentos.
Con wepajee.
Con el afro de mi nueva amiga, que acaricia mi espacio, llena mi cama y se convierte en la compañía necesaria.
Con la deliciosa lluvia que ha llenado mis días, mis espacios, mis tristezas.
Con las decisiones correctas, en los momentos correctos, en los espacios correctos en las situaciones correctas.
Con un miedo falso, que se convirtió en un alivio para mi alma, que se convirtió en mi vida de nuevo, que se convirtió en lo que quería.
Con las idea de que aún se puede amar, que se amará más que será una locura de amor, que me entregare, que viviré… que amaré.
Con las caricias que me haces cuando nadie sabe que me haces.
Con el no se que es, pero me complico y sigo sin saber que es, pero me vuelvo a complicar.
Con la mirada con la que me ves, me sonríes y sin lentes puedes decirme: ¡que lindo!
Con las historias que recordamos, mientras me abrazas, me acompañas y nos embriagamos un lunes, con esa compañía perfecta que es calor, que son tus palabras, que son tus abrazos, que sos vos.
Con el apodo que amo, mientras gritas, mientras cambias y en mi compañía.
Con el deseo de tener compañía hasta que entiendas que estamos destinados a soportarnos por más días en una estupenda armonía.
Conmigo mismo, que soy capaz de vivir, de nacer, de amar, de extrañar, de llorar, de sanar, de pensar, de olvidar, de recordar, de esperar, de entender, de madurar, de querer, de esperar, de escribir, de escuchar, de reír, de ver.
Con mi capacidad de vestirme de negro el tiempo necesario para que mi vida sea suficiente después.